Para cualquier persona es conocido que
el realizar rituales de magia negra o cualquier práctica esotérica
con el fin de perjudicar a otra persona es malo, y además,
peligroso. Es decir, en el inconsciente popular se sabe que el
realizar algún tipo de ritual mágico, embrujo, gualicho o trabajo
de magia siempre trae como consecuencia una calamidad o maldición a
la persona que lo realiza. Ésto es absolutamente verdadero y desde
ya que es totalmente recomendable no realizar jamás alguna cosa
parecida. Sin embargo, el objetivo de esta entrada no apunta a hablar
de lo desaconsejable de la práctica de la magia negra, porque es una
verdad que todo el mundo conoce y porque aquellos que realizan este
tipo de rituales generalmente las realizan conscientes de los
peligros que estas prácticas implican para sí mismos, pero la
maldad que quieren provocar los obsesiona más que cualquier otra
cosa.
Lo que quiero tratar en éste post es
algo un poco más sutil, quiero hablar de lo desaconsejable que es
realizar cualquier tipo de ritual mágico, y con ésto me refiero a
cualquier tipo de amuleto, ritual o práctica que se realice quizá
con algún fin "blanco", por ejemplo atraer dinero, llamar
la atención de alguna persona amada u obtener éxito en algun
emprendimiento o proyecto, eliminar las "malas ondas" o
simplemente tener una mejor suerte. Éstas cosas parecen inocentes,
sin embargo son potencialmente peligrosas. Y el peligro principal que
entrañan este tipo de cosas es que la gente que los realiza en la
mayoría de los casos no conoce la naturaleza del ritual que está
realizando o del talisman u objeto mágico que está utilizando, y
por lo tanto a que fuerzas o entidades está invocando para obtener
su favor.
Todo tipo de magia viene del diablo, y
no es otra cosa que distracciones del maligno, engaños del principe
de la mentira. La única relación sana que una persona puede tener
con lo sobrenatural es la religión, cualquiera sea la que practique,
y Dios es el único que da ayuda sin pedir nada a cambio. Por lo
tanto, la oración es el único camino para mejorar nuestra vida, y
el acercarnos a Dios es la única forma de estar mejor. Lo que no
viene de Dios es contrario a Él.
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